No juzguez a un libro por su portada
La historia está llena de personas que superaron los obstáculos para
lograr el éxito. El profesor de
Thomas Edison le dijo que era demasiado
estúpido para aprender. F. W. Woolworth a los 21 años de edad no le fue
permitido esperar por los clientes porque le dijeron que no tenía suficiente
sentido. Lou Gehring le pidieron que dejara su equipo en la infancia porque era
un mal jugador. Cuando Walt Disney presentó su primer dibujo, el editor le dijo
que absolutamente no tenía talento. Beethoven era sordo cuando compuso muchas
de sus más famosas músicas. Woodrow Wilson no aprendió a leer hasta que tenía
10 años, pero cuando obtuvo su título de Ph.D, fue contratado para asistir al
Presidente de los Estados Unidos.
Amigos nosotros nunca debemos juzgar a un
libro por su cobertura, pero parece más bien un título más profundo para ver lo
que un hombre tiene en su interior y lo que es capaz de hacer.
Por esta razón
la masonería no juzga a los hombres por sus riquezas mundanas o por sus
honores. Es por sus cualidades internas y no externas que calificamos a un
hombre para que se convierta en Mason.
Fuente: Dosis diaria de Luz
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