A mis Queridos Hermanos

AL:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.

S:.F:.U:.

Queridos Hermanos todos,

Desde hace más de dos años vengo encarando un proceso de justicia que no puede llamarse “masónico”. Tal vez, esté comprendido en el ámbito masónico por las circunstancias que se derivan de nuestra condición de iniciados, pero que cada vez se aleja más de aquellos valores pilares que un día juramos defender y que en cada ocasión que celebramos una Tenida recordamos.

Este escrito tiene como único objetivo, invitar respetuosamente a todos mis QQ:.HH:. Venerables Maestros y a sus respectivas y respetables Logias a dedicar parte de su valioso tiempo en conocer y si a bien, estarían dispuestos, discutir el caso que en mi contra será ventilado, de manera inédita, en una Gran Tenida Extraordinaria, donde sus diputados decidirán con su voto, mi destino y tal vez el destino de nuestra justicia masónica.

Parece imposible que quienes me acusaron, enjuiciaron y condenaron, Queridos Hermanos todos, en un intento de legitimar ante nuestra Orden el exabrupto de un proceso viciado desde su principio, pretenden que ese día sea lapidado por ustedes, sin considerar, que ninguno conoce los elementos que sustentan las acusaciones ni los argumentos de mi defensa.

Es primera vez en nuestra historia que esto sucede. Y ha llegado la hora de pedirles, fraternalmente, me brinden el derecho ciudadano que me corresponde de presunción de inocencia, y de un debido proceso, porque para que sus diputados decidan mi suerte, la Masonería Venezolana, merece que Ustedes conozcan con detalles, las circunstancias que motivaron esta persecución lamentable que ha originado la conculcación de mis Derechos Masónicos ante decisiones sesgadas y a todas luces, poco convincentes.

De los cinco cargos que me imputaron, han ratificado solo dos de ellos en la última instancia de decisión, probando con esto, el afán destructivo de quienes pusieron mi nombre en todos los rincones del país asegurando la comisión de delitos masónicos luego declarados inexistentes.

No escribo para pedir que me eximan de mis responsabilidades, las cuáles siempre he asumido con honor, como masón, hijo de masón, y amante de mi Patria y de la Orden que represento.

Escribo, para que, con la empatía que caracteriza a mis hermanos, sepan que hoy soy yo y mañana puede ser cualquiera de Ustedes, por los que les ruego exijan a las instancias que correspondan que para poder celebrar esa Gran Tenida Extraordinaria que pretende condenarme, cada uno de ustedes tenga la oportunidad, que es un derecho, de estar debidamente informados con el expediente abierto, y que una vez más no pretendan direccionar la voluntad de los decisores hacia el conocimiento exclusivo del producto de la maldad y la injusticia, reflejadas en esa precaria sentencia.

Quiero que sepan que no guardo rencor alguno a los verdugos que han servido de instrumentos de quien no me perdonó ofrecer una visión alternativa a la gestión de la masonería en Venezuela. Ellos obedecen a sus conciencias, y seguramente el G:.A:.D:.U:. les dará la oportunidad de reconocer sus errores.

Pero tampoco he manifestado ni lo haré animadversión alguna al creador de este lamentable episodio, que será recordado por muchos años como un ejemplo de profanador de nuestra justicia al orquestar un proceso en contra de un Querido Hermano con la inclemencia que caracteriza a quien ha deshonrado sus juramentos, pero que tiene en su conciencia a quien lo condenará por sus actos.

Nadie puede impedir que, pase lo que pase, siempre sea por iniciación vitalicia, su Querido Hermano, y en mí tienen, como lo han tenido siempre, a un obrero de paz que espera que reine la verdadera justicia sobre la iniquidad de los malos.

Con los Ssig:., Ppal:. y Ttoc:. que nos son conocidos,

Su Q:.H:.,

Sixto López González

Maestro Masón, PM 19° KT