La iluminada razón encorva, reprime, modera y desalienta la ambición, la envidia, la ira y los impulsos malignos.
Una de las enseñanzas que deja unos de los grados del escocismo en el REAA, en la llamada masonería filosófica, es que su base es la Razón, tal como se enseña en el grado de aprendiz con el simbolismo del Mazo, que es el instrumento esencial de la ciencia para la búsqueda de la verdad.
La Razón, que no ha tenido ni principio ni fin, nos permite descubrir los errores, nos enseña a corregirlos y encaminarnos a nuestro mejoramiento, el de nuestra familia y de la Sociedad en general.
Nuestro objetivo es el perfeccionamiento intelectual y moral y por ello debemos construir ese puente entre el hombre de hoy y el hombre instruido en las ciencias, en las artes etc., por ello a los que llegan a ese grado se les da el título de Gran Pontífice para vencer todos los obstáculos que se nos presentan en el camino del progreso intelectual y moral y hacer triunfar la verdad, el honor y la justicia sobre la mentira, la bajeza y la intolerancia y hacer efectivos los derechos del hombre.
Cuando a uno le toca enfrentar situaciones muy difíciles en su vida masónica, como es el camino y el abismo que encontramos hacia la Jerusalen Celeste, o como lo afirma el Q:.H:. Humberto Camejo Arias, que en la vida humana se presentan discriminaciones, rivalidades, persecuciones, pero con estas enseñanzas, se logra construir los puentes que permitiran vencer esos obstáculos, a ese monstruo de tres cabezas, La Hidra, y vencerá la justicia, el honor y la verdad.
Fuente: ALBERT PIKE , ESOTERIKA y Manual de los Grados Filosóficos
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