Cuadro pintado por el Artista Roland Ramirez (operaludica@gmail.com)

lunes, 26 de septiembre de 2022

El famoso médico asesino de Catia!!! Se recuerdan!!!

Ricardo Carvajal llegó a Catia a finales de 1944; consiguió una casita por los alrededores de la fábrica de leche Silsa y viendo el frío que hacía en Caracas en los meses finales del año, decidió montar un negocio con las guarapitas que ya elaboraba en Upata desde 1917.

Cuentan los curiosos que el señor Carvajal era fanático de la lucha libre que se realizaba todos los viernes en el Nuevo Circo de Caracas. Había un luchador mexicano famoso llamado Cesáreo Alberto Manrique González, su apodo era “El Médico Asesino”, los caraqueños lo admiraron y conocieron más su estilo de pelea por una de película estrenada en Caracas en 1952, donde “El médico asesino” lucha con Santos “El enmascarado de plata” contra “Blue Demond” y otros, de ahí creció su fama. 

En los años de 1955 y siguientes, todos los viernes en la tarde noche el dueño del Bar “Canaima” ponía su televisor (era un lujo que pocos tenían) y se llenaba el negocio para ver la lucha libre que se transmitía por la Televisora Nacional (canal 5), lo que es hoy Venezolana de Televisión. Con el tiempo el señor Ricardo Carvajal perdió su identidad y se convirtió en “EL Médico asesino”, así es recordado.

El apodo del “Médico Asesino” con el que se conocía a Ricardo Carvajal, a despecho de su inquietante apodo, quienes lo conocieron, aseguran que era un hombre alegre, pacífico, emprendedor y padre de cuatro hijos. Todavía hacer mención del médico asesino en cualquier esquina de Catia provoca nostalgia.

Varias generaciones de caraqueños se deleitaron con las guarapitas del famoso Médico Asesino, pero muy pocos recuerdan hoy el nombre de Ricardo Carvajal. Sólo saben que murió.

Sus combinados de alcohol de “alto octanaje” con frutas cítricas (parchita, piña, guayaba y guanábana), eran las mezclas preferidas por los caraqueños, quienes las adquirían en botellas sin etiqueta y discretamente envueltas en papel periódico.

Vecinos de Catia, relatan que de todas partes de Caracas venían a comprar las guarapitas del médico asesino. Hasta políticos llegaban de madrugada al bar buscando algunas botellas del sabroso licor elaborado en casa.

Hoy en día, solo queda la leyenda del Médico Asesino que ronda aún por las calles de Catia y el sabor de sus bebidas no ha desaparecido por completo del paladar de los más viejitos.

En mi caso, recuerdo que nos íbamos en la camioneta 47 de mi hermano mayor Nelson y comprábamos la ración para el viernes en la noche...y mas...mi preferida era la guarapita de Parchita bien friita ...eran otros tiempos. Tuvimos el honor de conocerlo y hasta compartir bromas con el Médico Asesino, pero aquí estamos, no era tan asesino!!!

Gracias a Fernando Dulandro pana de la Pastora que me envió este relato de una historia donde el también fue protagonista!!!

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